Probablemente, el cubo de Rubick sea el puzzle más famoso del todo el planeta. Resulta sorprendente ver la velocidad con la que ciertas personas lo resuelven, pero para la mayoría de mortales es un auténtico rompecabezas sin solución. Este juego se remonta al año 1974, salió de la febril mente de un profesor de arquitectura, Ernő Rubik. Este hombre estaba un poco obsesionado con las figuras geométricas y los diseños en 3D. Pensaba que se podía hacer un juego tipo puzzle que nos permitiera su manipulación en tres dimensiones, pero faltaba dar con el mecanismo de engranajes que lo permitiera. Un día salió a dar un paseo por el río Danubio y tras observar como una serie de piedras redondas se alineaban en su orilla le vino la inspiración: si los bloques de su cubo giraban en torno a un centro redondeado, se podrían mover sin perder la forma cúbica.
Muchos de nosotros lo hemos intentado resolver sin éxito. Ciertamente, podríamos ilustrarnos en Internet para encontrar la solución pero, ¿que mérito tiene eso? ninguno. Es preferible no hacerlo, ahora que recientemente podemos verlo otra vez de actualidad gracias a las modas retro, nos sirve como elemento decorativo en nuestro habitación. Pero uno no deja de mirarlo y le embarga la tristeza de no ser capaz de resolverlo, es una espinita que te recuerda tus limitaciones así que ¿porque no olvidarse del tema y usarlo para escuchar música, tarea mucho más reconfortante?.
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