Primero uno nota que el frío de la calle empieza a notarse en los pies y después llega esa sensación de que los tienes húmedos. Llegados a este punto uno piensa «pues me estarán sudando» pero una pequeña reflexión nos hace caer en la cuenta que, si notamos fríos los pies estos no pueden sudar por pura lógica. Conclusión: es la humedad del suelo que sube por la suela de la zapatilla o zapato. Y como vamos a tardar toda una serie de horas hasta llegar a casa, es muy probable que nos refriemos, y precisamente ahora.
Esta dramatización nos puede resultar exagerada, pero lo cierto es que todos nos ha pasado alguna vez. Ten confías te confías y no eliges un calzado calentito porque piensas que con el calcetín será suficiente, y no. Pero esto se soluciona tan fácilmente como comprando un calzado con forro interno. Pueden ser unas botas o unos mocasines como los que os traemos hoy de Bruno Marc.
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