Se veía venir, y más que vendrán. Mejor dicho, no es que vayan a venir, ya están aquí y no paran de crecer como setas. Nos referimos a todos aquellos que se dedican a prometer el oro y el moro en el mundo de las criptomonedas, las inversiones en productos de alto standing o con un valor que, se supone, siempre va a prevalecer sino crecer.
Nosotros creemos que nuestros lectores son lo suficientemente cautos para meterse en estos berenjenales salvo que estén bien experimentados en tales materias. No obstante, también pensamos que es necesario dar más visibilidad a estas tendencias con el fin de evitar terribles desenlaces. Esto es especialmente relevante, ya que los «iluminados» que tratan estos temas (normalmente en YouTube y otras plataformas o webs) pueden llegar a resultar convincentes.
Desgraciadamente, vivimos en un mundo donde todos quieren enriquecerse rápidamente y con el mínimo esfuerzo. El problema es que, para enriquecerse de manera honrada, aunque sea de forma rápida, uno tiene que trabajar intensamente durante un periodo más o menos largo de tiempo, y esto no es tendencia ya que todos lo sabemos de manera inherente.Aquí es donde entran en juego este tipo de personajes. Desde sus medios, alardean del alto nivel de vida conseguido en poco tiempo mediante una serie de inversiones. Aseguran que quienes no ganan grandes cantidades de dinero de manera fácil es porque son estúpidos y, además, si pagan impuestos son aún más tontos. Ellos, supuestamente bien acaudalados, buscan su residencia y la de sus empresas en el extranjero para evitar tributar mientras nosotros, trabajadores y sufridos empresarios, pagamos sin compasión hasta el último céntimo religiosamente. Podemos no estar en desacuerdo con el nivel de tributación, dudar de la buena gestión de esta ya que estamos en nuestro derecho, pero también es cierto que tenemos una sanidad pública (¿que trabajador puede costarse el tratamiento de una enfermedad grave?), servicios sociales y demás ayudas que cuestan muchísimo dinero de mantener, mientras que en otros países esos servicios debes costearlos tú, si es que puedes.
Estos «pájaros» intentan hacerse pasar por gurús y, en muchos casos, su enriquecimiento pasa por estafar a las personas que confían en ellos porque les cuentan lo que quieren oír. Además, parecen convincentes en sus argumentos concienzudamente expuestos, para que tengas la sensación o bien de ser el tonto del pueblo, o por el contrario, que estás llamado a un éxito vetado a aquellos que no los quieren escuchar.
Cuando alguien te propone algo y te pide dinero, es motivo de desconfianza. Es cierto que una inversión implica aportar capital, pero, como mínimo debemos ser razonables, informarnos bien o al menos, lo máximo posible sobre el mercado en el que nos estamos metiendo. Hay que entender que, como en toda inversión, puede salir mal y perder todo ese dinero o bien ganar mucho más de lo que aportamos en su momento.Al sujeto que nos ocupa hoy, de quien no nos vamos a molestar en nombrar, ni a él ni a sus socios y negocios, se le ve venir de lejos. ¿Pero cómo te puedes creer lo que dice un tipo que se tapa la cara con una mascarilla? ¿qué más quieres, que se ponga un parche en el ojo y un loro en el hombro? encima iba por ahí pregonando cómo evitar la fiscalidad y dando clases sobre ello, cobrando, claro. El problema viene si prestas atención a estos tipos, si escuchas sus argumentos. Son cameladores, te van a liar aunque tengan cara de tontos. No es ético meterse con la morfología facial de una persona, porque alguien puede tener cara de tonto y ser muy listo y viceversa: ser muy inteligente y por desgracia, no ser agraciado. Pero bueno, este tipo en cuestión no es ni es agraciado y no creo que sea especialmente inteligente, en todo caso ha sido lo suficientemente listo para engañar a quienes creen que también lo son.
Y volvemos a lo mismo: no son uno ni dos, hay un montón. A este en concreto se le ha llegado a entrevistar por algunos youtubers como si fuera lo más. Youtubers que también se dedican al mundo de las criptomonedas y van dando clases en sus canales. No soy quién para decirle a nadie si debe o no invertir en criptomonedas o bienes tangibles tipo Fórum Filatélico, pero al menos podemos decir que hay muchos vendedores de humo presuntuosos sueltos a la busca del inversor, por lo tanto, hay que tomar todas las precauciones posibles de la misma forma que lo hacemos en otras áreas. Si alguien te viene alardeando de su alto nivel de vida a pesar de su juventud, cuidado, y si además te pide dinero (ya sea en efectivo o mediante inversiones asociadas a sus intereses) entonces ya se te tienen que encender todas las alarmas: doble cuidado.
Puede que te hayas sentido decepcionado al pensar que este post iba a girar únicamente sobre este señor, pero, como digo, su esperpéntica figura es solo la punta del iceberg de otros tantos que operan por internet sin ningún tipo de escrúpulos y cuyo afán es el vil metal. Cuanta más fama tienen, más peligrosos son, porque la gente deposita su confianza en ellos ya que además, tienen la desfachatez de mostrarse como el paradigma del éxito. No nos despediremos sin citar al bueno de Francisco de Quevedo, quien ya siglos atrás estableció con total transparencia el dogma de estos gurús.
