El Samsung Galaxy S25 llega al mercado como el más compacto y accesible de la nueva serie S25 de Samsung. A primera vista, podría parecer una actualización menor respecto al Galaxy S24, y en muchos sentidos lo es. Sin embargo, eso no le quita méritos. Este dispositivo sigue siendo una de las opciones más equilibradas dentro del catálogo Android actual, especialmente para quienes valoran la portabilidad sin sacrificar potencia o prestaciones.
En cuanto al diseño, Samsung ha optado por la máxima de “si no está roto, no lo arregles”. El Galaxy S25 mantiene el mismo lenguaje visual que su predecesor, con algunos cambios sutiles: es 0.4 mm más delgado y 5 g más liviano. La diferencia puede parecer insignificante, pero en mano se siente más refinado y cómodo. Además, el nuevo marco de aluminio reforzado (Enhanced Armor Aluminium) ofrece mayor durabilidad sin aumentar el peso. Está disponible en una gama de colores llamativos, con opciones exclusivas en la tienda oficial de Samsung. Si buscas un teléfono compacto que se sienta premium, este modelo no decepciona.
La pantalla de 6.2 pulgadas Dynamic AMOLED 2X continúa siendo una de las mejores en su tamaño. Aunque no hay novedades respecto a la generación anterior en términos de resolución o brillo máximo (2,600 nits), sigue ofreciendo una experiencia visual vibrante y fluida gracias a su tasa de refresco adaptativa de 1 a 120 Hz. La nitidez y el contraste siguen siendo excelentes, incluso si no alcanza el brillo extremo de competidores como el OnePlus 13R.
En el apartado fotográfico, el Galaxy S25 apuesta por la continuidad. La cámara principal de 50 MP ofrece resultados muy sólidos en la mayoría de situaciones, con buen rango dinámico y nivel de detalle. La ultra gran angular (12 MP) y el teleobjetivo 3x (10 MP) cumplen su función sin destacar especialmente, aunque el zoom digital más allá de 3x pierde calidad. Si bien no está a la altura de las propuestas de Apple o Google en fotografía computacional, los resultados son lo suficientemente buenos para el usuario promedio. Las mejoras en software, como el nuevo borrado de ruido en vídeos, suman puntos.
El mayor cambio interno viene de la mano del nuevo Snapdragon 8 Elite for Galaxy, una versión personalizada y potenciada del chip insignia de Qualcomm. La experiencia es ágil y fluida, ya sea navegando, ejecutando múltiples apps o jugando. Acompañado de 12 GB de RAM y opciones de almacenamiento de hasta 512 GB, este teléfono está preparado para casi cualquier exigencia. Eso sí, puede calentarse un poco bajo carga intensa, aunque nunca llega a niveles preocupantes.
Con One UI 7 sobre Android 15, el Galaxy S25 ofrece una interfaz intuitiva, moderna y cargada de funciones. Samsung ha integrado varias herramientas de inteligencia artificial bajo su suite Galaxy AI: desde el “Circle to Search” mejorado hasta funciones de edición generativa en la galería y resúmenes contextuales en pantalla. Aunque no todas estas herramientas son imprescindibles, algunas –como la edición de fotos o el asistente Cross-App Actions– son verdaderamente útiles. El soporte prometido de 7 años de actualizaciones es uno de los mayores atractivos de este modelo.
La autonomía es correcta. Con una batería igual a la del Galaxy S24, pero más eficiencia gracias al nuevo chip y optimizaciones de software, el S25 ofrece un día completo de uso con un margen saludable. Donde queda por detrás es en la carga: 25W por cable y 15W inalámbrica pueden sentirse lentos frente a rivales como el OnePlus 13R con sus 80W. Aun así, para usuarios que cargan por la noche, no será un problema.
Sí, si estás buscando un Android compacto, potente y bien equilibrado. Es ideal si vienes de un Galaxy S22 o anterior, o de cualquier teléfono que tenga más de dos años.
No, si tienes un Galaxy S24 o buscas lo último en cámaras y características premium; para eso está el Galaxy S25 Ultra.
El Samsung Galaxy S25 no revoluciona la serie, pero tampoco lo necesita. Es una refinación de lo ya bueno, ideal para quienes valoran la comodidad de un dispositivo compacto sin renunciar al rendimiento de gama alta. Su diseño, pantalla, cámaras consistentes y funciones inteligentes lo convierten en una excelente opción si no buscas lo más grande, sino lo más práctico. No es un cambio obligado para quienes tienen el S24, pero sí una elección muy acertada para quienes quieran renovar su teléfono sin saltar al extremo de los modelos Ultra.
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