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¡Menudo jamón llevaba la caja! ah no, ese era de pavo, el otro lo compré yo…bueno da igual lo importante es que está aquí y una vez correctamente instalado en el jamonero ya solo queda ponerse manos a la obra.
Cortar jamón es todo un arte que requiere pericia y buen hacer, pero de la misma forma que procedemos con cuidado al realizar los cortes para maximizar la vida útil de nuestra amada pieza porcina, también debemos cuidar a esta para que se mantenga en óptimas condiciones.
Es muy importante tapar los cortes con trozos de tocino blanco (no el amarillo que dejara sabor a rancio) y luego, desde que exiten los jamones, se tapa dicha parte con el trapo al uso. También se puede tapar con film transparente, pero a muchos no les gusta. Como pasa con todo, hay un accesorio destinado específicamente a esta función: el cubre jamón.
Un cubre jamón tiene un diseño pensado para tapar bien a este, son de algodón y transpirables, como decíamos, su medida es más que adecuada que el trapo de cocina por lo que contaremos con la posibilidad de sujetarlo a la pezuña y, además queda chic en nuestra cocina. Total, uno nos puede salir por 8,95€ y teniendo en cuenta lo que cuesta un buen jamón merece la pena hacerse con uno. 
Este de Pellecín está hecho en nuestro país, sirve para patas y paletas, el tejido portugues tiene unas resistentes costuras y se adapta a la fisonomía de nuestro jamón para evitar cámaras de aire. Está indicado para patas y paletas de 57 x 50 centímetros. De todas formas, si no estás satisfecho con el, tienes tres años de garantía que, desgraciadamente, no cubre al jamón en cuestión ni su más que probable desaparición. Tampoco se incluye el jamonero que básicamente tiene una función ilustrativa en la foto.
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