Son muchos a los que les ha vuelto a entrar el gusanillo de volver poder escuchar tanto sus viejos vinilos como los nuevos que de tanto en tantos diversos grupos sacan al mercado dentro de sus ediciones para coleccionistas. Un buen tocadiscos es caro, y sus precios pueden superar perfectamente los 200€ dependiendo de calidades y marcas, por debajo de los 100€ debemos conformarnos con lo que hay: equipos que cumplen, pero a los que no debemos exigir un audio excepcional. Este modelo Thomson TT200BT pertenece a esta gama, si consultamos los diversos portales donde lo tenemos en venta comprobaremos que su coste medio se sitúa en los 120€ (146,99€ la Fnac, 127€ en Mundoelectro o 115€ en Technoutlet) en Amazon su precio el pasado mes de agosto era de 118€ pero desde entonces ha ido bajando hasta situarse en los 89,27€ actuales en el modelo color negro, ya que hay otro en color blanco que temporalmente se encuentra fuera de stock.
El tocadiscos en si presenta un buen diseño con carcasa en madera y metal con brazo en forma de «S», cuenta con las dos tradicionales velocidades de 33 y 45 rpm e incorpora como novedad, conectividad bluetooth para equipos amplificadores compatibles. Sin duda, esta característica es lo más destacable de este modelo, ya que no tendremos la limitación de situar al plato a la distancia que nos permita un cable de conexión. La conexión bluetooth dispone de la tecnología aptX para mantener la calidad de la señal durante la transmisión inalámbrica. Dado que los discos de vinilo cuenta con un audio especial que mantiene un buen número de armónicos ausentes en las conversiones digitales, el protocolo aptX permite enviar el sonido vía bluetooth de forma pura y sin afectar a la calidad, al reducir el tamaño de los archivos de audio para que puedan ser del tamaño idóneo para trasmitirse por esta señal sin que se vea afectada a la calidad del sonido. A pesar de esta ventaja, otras limitaciones técnicas del TT200Bt (cápsula, amplificador etc) hacen que la calidad de sonido sea más bien ajustada.También cuenta con salida phono para conexiones analógicas.
Esto se traduce en usuarios que esperaban más de una marca con muchos años en el mercado como es el caso de Thomson, mientras que otros lo encuentran suficiente para sus necesidades y encuentran su precio ajustado y correcto. Hay que tener en cuenta que muchas personas que se compran un plato para vinilos esperan un sonido excepcional y genuino. Este tipo de compradores mejor deberían abstenerse de adquirir este modelo, pero si lo que quieres es iniciarte en el mundo de los vinilos este modelo de Thomson no tiene porqué decepcionarte. También nos gustaría destacar que la calidad del audio de los vinilos se encuentra íntimamente ligada al grosor del mismo, no es lo mismo escuchar un vinilo fabricado a principios de los 90, cuando se racaneaba al máximo el material hasta el punto que se podía romper un disco con las manos sin apenas hacer esfuerzos, que no comprado a principios de los 80 cuyo grosor era muy superior. Actualmente, desconocemos si este importante detalle se tiene en cuenta con los nuevos vinilos impresos, pero con su elevado su coste este detalle no debería pasarse por alto a la hora de fabricarlos.
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