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La reconocerás por su distintivo botellín color verde esmeralda, pero más aún cuando percibas en tu boca el sabor intenso del lúpulo Saaz floral y fresco, las notas a plátano y manzana roja y sabor tostado de las maltas. Si amigos, hablamos de Alhambra Reserva 1925, una cerveza nacional que te conquista desde el primer trago.
Muchos somos amantes de las cervezas tostadas de fuerte graduación y cierto es que Alhambra Reserva 1925 no pertenece a esta categoría, pero tiene ese sabor ligeramente fuerte que da cuerpo a la cerveza y que otras han preferido diluir sin compasión en un mal intento de ofrecer cervezas suaves. Alhambra Reserva 1925 se sitúa en un término medio, con su 6,4% de graduación sube, pero se adapta bien a cualquier situación: bien la puedes tomar a palo seco con los amigos, como en comidas, refrigerios que acompaña aportando un sabor excelente; incluso la espuma al verterla está en la proporción justa. Mahou está detrás de ella, y se nota su buen hacer.
Todas las cervezas deben servirse bien frías, aunque estemos al borde de una glaciación. Por supuesto, Alhambra Reserva 1925 no es una excepción y se debe servir a una temperatura entre 6 y 8 grados. Vamos, bien fría. Si, cervezas hay muchas y otras tantas levantan pasiones, pero Alhambra Reserva 1925 se ha ganado a base bien un hueco en nuestros corazones (y estómagos) merecidamente.
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