Lo malo de una consola portátil es precisamente su gran ventaja: que se puede llevar encima allí donde vayamos, con el riesgo de que en algún momento puntual se caiga al suelo o se raye la pantalla. Además, tienen un tamaño que difícilmente permite llevarlas en el bolsillo (por lo menos en el caso de las buenas). La Nintendo Switch oled tiene unas dimensiones más moderadas, aún así, lo mejor es llevarla en una funda/maletín protector que resista un castañazo accidental. Esta en concreto nos servirá para lograr tan noble propósito: es resistente al agua y al desgaste, en su interior podremos llevar juegos y también dispondremos de un amplio bolsillo de malla para cables y demás accesorios.
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