El licor de café Ruavieja es una de las creaciones más emblemáticas de la destilería gallega Ruavieja, una marca con más de 130 años de historia en la elaboración de licores tradicionales. Fundada en Santiago de Compostela en 1889 por la familia Rodríguez Ovalle, Ruavieja ha mantenido viva la tradición licorera gallega, especializándose en bebidas elaboradas a base de aguardiente de orujo. Con una filosofía que combina el saber hacer artesanal con procesos modernos de control de calidad, esta marca se ha consolidado como un referente en el mercado de los licores en España. El licor de café se incorporó a su gama en 1994 como una forma de diversificar su oferta y rendir homenaje a uno de los sabores más queridos por los consumidores: el café.
La elaboración del licor de café Ruavieja parte de una base de aguardiente de orujo, que se obtiene mediante la fermentación y posterior destilación de los hollejos de la uva. Este proceso artesanal permite conservar la riqueza aromática del vino y, al mismo tiempo, crear una bebida espirituosa de gran pureza y potencia. A este aguardiente se le añade una cuidada selección de cafés naturales de alta calidad, tostados de forma que conserven su perfil aromático y su amargor característico. La mezcla se macera durante un tiempo determinado, permitiendo que el café impregne al orujo con sus notas intensas, a la vez que se incorporan azúcares y otros ingredientes que aportan suavidad, cuerpo y equilibrio. El resultado es un licor complejo, armonioso y muy característico, que refleja tanto la tradición gallega como el placer por el buen café.
A nivel visual, el licor de café Ruavieja presenta un color marrón oscuro, con reflejos caoba, que evocan la intensidad del café concentrado y la riqueza del orujo base. Su aspecto denso y brillante anticipa una experiencia sensorial intensa. En nariz, se aprecian aromas potentes y envolventes: notas de café recién molido, toques de cacao, caramelo tostado y un leve fondo licoroso que le aporta profundidad. Este abanico aromático es el resultado de la combinación del aguardiente con los aceites esenciales del café, que liberan sus compuestos más fragantes durante la maceración.
En boca, el licor se muestra untuoso y equilibrado. La primera impresión es dulce y cremosa, pero pronto emergen el carácter robusto del café y un leve amargor que aporta complejidad. La textura es sedosa y el paso por el paladar resulta agradable y envolvente, sin notas agresivas de alcohol. Su final es largo, persistente, con recuerdos a moka, vainilla y un toque tostado que lo convierte en un verdadero placer para los amantes del café. La armonía entre dulzor, amargor y alcohol hace que sea muy accesible tanto para el consumidor ocasional como para el aficionado a los licores digestivos.
El licor de café Ruavieja tiene una graduación alcohólica del 26 %, lo que lo sitúa en un punto intermedio ideal para su disfrute como bebida de sobremesa. No es tan fuerte como un licor seco, pero tampoco tan ligero como una crema, lo que permite degustarlo solo, con hielo, o incluso en cócteles. Su presentación en botella opaca con formas redondeadas, de estilo tradicional, refuerza la imagen de producto clásico y de calidad. La botella suele tener una capacidad de 70 cl, aunque también existen otros formatos disponibles para diferentes ocasiones.
Este licor se disfruta mejor bien frío, ya que el frío resalta la cremosidad y atenúa la sensación alcohólica, sin afectar negativamente al sabor del café. Es una bebida ideal para después de las comidas, como digestivo, pero también puede emplearse en coctelería o incluso en repostería. Algunas recetas populares lo combinan con leche, nata, helado o café espresso para crear bebidas de sobremesa más complejas, como el típico “café con licor” gallego o cócteles modernos que integran sabores dulces y tostados.
Entre las características más destacadas del licor de café Ruavieja se encuentra su fuerte vinculación con la tradición gallega, el uso de materias primas seleccionadas, y una receta que ha sabido conservar su esencia a lo largo del tiempo. Su perfil sensorial —intenso, dulce, con un fondo amargo y cálido— lo convierte en una bebida especialmente atractiva para quienes buscan un licor auténtico, con identidad y sabor natural. Además, la marca ha sabido mantener una imagen coherente, apostando por la autenticidad y el valor de lo artesanal, en un mercado donde muchas bebidas apuestan por fórmulas más industriales.
El licor de café Ruavieja es un excelente ejemplo de cómo tradición y calidad pueden combinarse para dar lugar a una bebida rica en matices, historia y sabor. Ya sea para compartir en una reunión familiar, regalar en ocasiones especiales o disfrutar en la intimidad de un momento tranquilo, este licor representa el espíritu cálido y acogedor de Galicia, embotellado en una fórmula que ha sabido conquistar a generaciones.
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