Era un fría mañana de invierno. En la escalera que daba acceso a la supuestamente climatizada piscina, guardan fila un grupo de niños aterrorizados por la clase de natación que les esperaba. No era para menos. Nada más entrar, los monitores no paraban de dar instrucciones a pleno grito mientras repartían a cada niño un deteriorado corcho. Después eran lanzados sin miramientos a la fría agua con la intención de que llegaran con éxito al otro extremo de la piscina pataleando con el único apoyo del susodicho corcho. Si alguno pretendía alcanzar el borde la piscina en un intento desesperado de obtener mayor seguridad o sujeción, el monitor le empujaba con una larga barra de hierro hasta el centro. Aprender a nadar no era divertido, se trataba pura supervivencia. Aunque la mayoría aprendían a buenas o malas a nadar, estas no son formas de familiarizar a los niños con el agua, y mucho menos con un deporte tan noble como es la natación.
Afortunadamente, en la actualidad las instalaciones deportivas para aprender natación cuentan con la debida calefacción, así como todo tipo de comodidades y por su parte, los monitores de natación son personas amables y formadas. Por lo tanto, enseñan a los niños a no tenerle miedo al agua en un proceso mucho más instructivo y amable que consigue, si no igual, mejores frutos.
Aprender a nadar es algo que se aprende en la mayoría de los casos a edades tempranas. Cuanto antes mejor dicen, y es que a los niños les gusta el agua, pero lógicamente se tiene que sentir seguros. Para ello, tenemos una serie de herramientas que les van a ayudar a estar más tranquilos, favorecen su movilidad. Por ejemplo, están los susodichos corchos, pero actualmente podemos ver que estos han sido sustituidos por los manguitos para brazos. Estos manguitos no es que sean ideales para aprender a nadar (de hecho, en las piscinas donde se enseña se emplean los corchos de toda la vida) pero estos maguitos resultan más útiles cuando estamos con los pequeños en una piscina de ocio. En estos momentos de diversión podemos enseñar a nuestros hijos a desenvolverse en el agua, y es en este caso cuando los manguitos vienen muy bien.Los manguitos que estamos acostumbrados a ver son de plástico inflables, demasiado aparatosos para moverse. Estos discos de espuma EVA de Aitsite son más adecuados para mover los brazos con mayor comodidad. Tienen un diámetro de 19cm y un grosor de 2cm. Como podemos ver en el apartado de opiniones, cuentan con buenas valoraciones por parte de los clientes de Amazon. Además, solo te van a costar 13,99€ aplicando el código PWTAG8MY.
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